El Gobierno ha presentado oficialmente un plan de formación ante emergencias que se implantará de manera obligatoria en todas las enseñanzas no universitarias a partir del curso 2025/2026. La medida, que ha sido diseñada de forma conjunta por los ministerios de Educación e Interior junto a las comunidades autónomas, busca dotar al alumnado y al profesorado de los conocimientos, habilidades y valores necesarios para afrontar situaciones de riesgo con eficacia y seguridad.
El anuncio se realizó en el IES Fernando Zóbel de Cuenca, en un acto en el que se remarcó que este plan responde a la necesidad de reforzar la cultura preventiva en el ámbito educativo. «Hemos diseñado este plan de manera urgente como consecuencia de todas las crisis y emergencias de Protección Civil que venimos sufriendo desde hace muchos años», señaló el presidente del Gobierno, que destacó que la medida cuenta con «el acuerdo, consenso y participación activa de todas las instituciones y operadores que trabajan en la Protección Civil».
El programa integrará de manera obligatoria la prevención frente a riesgos climáticos, tecnológicos y sociales en todas las etapas educativas no universitarias. Más de ocho millones de estudiantes y casi 800.000 docentes de 25.000 centros se beneficiarán de una formación que se impartirá a través de materiales didácticos en distintos formatos -vídeos, guías, infografías-, con enfoques adaptados a cada nivel y disponibles en castellano, catalán, euskera, gallego y valenciano. Los contenidos se centran en la prevención, los sistemas de alerta, la autoprotección y la actuación en emergencias de diversa naturaleza: inundaciones, terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, incendios forestales, fenómenos meteorológicos adversos, accidentes industriales, químicos, nucleares o vinculados al transporte de mercancías peligrosas. Además, el alumnado recibirá formación para distinguir entre información veraz y desinformación en contextos de crisis, y se les ofrecerán orientaciones de apoyo emocional para manejar las consecuencias psicológicas de una emergencia.
La metodología variará en función de la edad. En la etapa de Infantil, se enseñará a los escolares a reconocer una alarma y los primeros indicios de peligro, así como los principios básicos de la seguridad. En Primaria y Secundaria se profundizará en medidas específicas: desde buscar altura en caso de riadas hasta protegerse bajo un pupitre durante un seísmo.
Las comunidades autónomas tendrán margen para completar los contenidos básicos con materiales específicos ajustados a los riesgos propios de cada territorio. Asimismo, serán responsables de organizar los tiempos y modos de impartición: un mínimo de dos horas en Infantil y Primaria y cuatro horas en el resto de enseñanzas no universitarias.
El plan también contempla formación específica para el profesorado, que contará con apoyo de la Escuela Nacional de Protección Civil y de los servicios de formación de las autonomías. Los encargados de impartir las sesiones en los centros serán los propios docentes, así como miembros de los servicios de intervención y asistencia en emergencias de las comunidades y entidades locales, y voluntarios acreditados del sistema nacional de Protección Civil.
Cursos preceptivos. Para garantizar la calidad de la enseñanza, los voluntarios deberán superar un curso preceptivo, mientras que el profesorado recibirá preparación complementaria que le permitirá integrar la cultura preventiva en el día a día de la vida escolar. El Ministerio de Educación ha destinado 240.000 euros a la elaboración de materiales, guías, vídeos e infografías, concebidos bajo principios de inclusión y accesibilidad. La previsión es que los recursos estén disponibles para los centros antes del inicio oficial de la formación.
Desde el ámbito sindical, tanto STE CLM como ANPE han mostrado su apoyo a la iniciativa. El Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza de Castilla-La Mancha ha valorado la incorporación de este plan como un paso positivo en la construcción de centros educativos más seguros y preparados. «Es fundamental que el alumnado y el profesorado dispongan de recursos reales para afrontar situaciones de emergencia», señalan desde STE CLM, que consideran necesario que la formación se desarrolle «con dotación suficiente de medios y con una planificación clara para no sobrecargar la labor docente». Por su parte, ANPE también ha respaldado la medida, insistiendo en que esta formación refuerza tanto la seguridad de la comunidad educativa como el papel de la escuela en la transmisión de valores colectivos. «Estamos de acuerdo en que se forme a los alumnos y a los docentes en emergencias, porque la Protección Civil es responsabilidad de todos», afirman desde el sindicato, que además reclaman que «se garantice la coordinación con los servicios de emergencia y se cuide la formación específica del profesorado».