La estadística refleja que más de uno de cada diez envíos inspeccionados presenta fallas, lo que constituye un riesgo constante para la seguridad marítima y la continuidad de las cadenas de suministro.
Riesgos para las cadenas logísticas
Un incidente en alta mar no se limita al buque en cuestión. Un incendio o pérdida de contenedores puede generar parálisis en puertos, encarecimiento de seguros, retrasos en la distribución y costos adicionales en toda la cadena logística.
Además, el transporte de mercancías peligrosas —combustibles, productos químicos, fertilizantes, entre otros— requiere un manejo seguro y trazable. La falta de precisión en la documentación o en el embalaje afecta no sólo la seguridad de los buques, sino también la planificación de flotas, la coordinación portuaria y la protección ambiental.
El informe del WSC pone de relieve que estos riesgos persisten pese a las guías y protocolos internacionales ya vigentes, como el Código CTU, que establece criterios para el embalaje seguro de contenedores.
Brecha en la cooperación internacional
Otro punto crítico señalado es la limitada participación de los Estados. Actualmente, sólo siete gobiernos aportan datos al sistema de inspecciones, lo que reduce la representatividad global de las cifras.
El WSC advierte que una mayor cooperación permitiría identificar patrones regionales y diseñar medidas más eficaces. La ausencia de reportes de buena parte del mundo genera una visión fragmentada que limita la capacidad de prevenir incidentes en el comercio marítimo internacional.
Iniciativas en marcha
El Consejo Mundial de Transporte Marítimo anunció que trabaja en un programa de seguridad de carga para la industria, que será lanzado en breve. Este plan incluirá medidas de revisión, evaluación y guías prácticas para mejorar los procesos logísticos relacionados con mercancías peligrosas.
La iniciativa se suma a otros esfuerzos de la organización, como la Guía rápida y la lista de verificación del Código CTU para un embalaje seguro, y el apoyo a proyectos que buscan reducir la pérdida de contenedores en el mar.
“Datos como estos demuestran la necesidad del Programa de Seguridad de la Carga. Al combinar informes precisos con mejores estándares y orientación práctica, podemos reducir los riesgos y proteger vidas, la carga y el medio ambiente marino”, sostuvo Kramek.
Un desafío pendiente
La publicación del informe en el marco de la reunión del Subcomité de Transporte de Mercancías Peligrosas (CCC) de la OMI busca poner el tema en agenda internacional. Para la logística global, el desafío es claro: mejorar los mecanismos de control y cooperación para que el transporte marítimo sea más seguro y eficiente.
En un escenario de comercio cada vez más interconectado, la seguridad de la carga no es un detalle técnico, sino un factor estratégico que define la resiliencia de las cadenas de suministro y la competitividad de los mercados internacionales.