Francisco Cobo, abogado vinculado a las empresas de la demolición desde hace más de 30 años, es presidente de ADRP además de ostentar distintos cargos en otras asociaciones del sector.
Destaca “el enorme potencial” de la rehabilitación frente a la obra nueva, gracias a las expectativas que se abren con esta actividad y espera un crecimiento de la economía que permita afrontar nuevos retos.
Desde hace muchos años, asistimos a congresos internacionales de la actividad; entonces, me percaté de que una de las actividades que llevaban a cabo nuestros colegas europeos era la retirada de amianto, algo que por entonces en España ni habíamos oído hablar de ello.
Evidentemente me interesé en esta cuestión, y aunque no fue fácil, digamos que fuimos los introductores en España, en primer lugar, de tomar conciencia del problema que planteaba el fibrocemento y el asbesto en todas sus formas, y en segundo lugar, de implantar procedimientos de trabajo seguros.
Hasta hace 20-25 años no había conciencia, y por lo tanto no se conocía el problema que planteaba el amianto, ni ningún otro de los materiales peligrosos que nos encontramos en los trabajos.
DYR es una empresa que se constituye en el año 1998, que ha tenido una buena implantación en el sector de la demolición.
Tiene una actividad muy enfocada, sin perjuicio de la general, en aquellas actividades que requieren un alto componente técnico, en el sentido de acudir a procedimientos, herramientas, materiales y equipamientos que necesitan un valor añadido.
DYR se ocupa muy específicamente de la retirada, no solo de fibrocemento y amianto, sino también de otros materiales peligrosos, también en voladuras o en corte con elementos diamantados.
DYR es una compañía de demolición en el sentido amplio de la expresión, pero con una clara vocación de afrontar aquellos desafíos técnicos más concretos.
DYR, en el campo de la descontaminación, se inició con la retirada de amianto friable y fibrocemento.
Posteriormente ha ido ampliando esa actividad con los trabajos de retirada de otros residuos peligrosos en demoliciones residenciales e industriales, tales como productos químicos, limpieza en tanques de gasóleo, retirada de tubos fluorescentes y también, recientemente, ha comenzado a hacer proyectos de descontaminación de suelos contaminados con hidrocarburos.
La mayor novedad de la empresa es que ha sido una de las primeras del sector que se ha homologado en la retirada de gases halogenados de refrigeración, cumpliendo los requisitos que actualmente se exigen por la Administración.
Somos miembros constituyentes de ADRP.
En aquel momento, pensamos que era importante el poder afrontar los desafíos que la descontaminación de residuos peligrosos presentaba, y al ser una de las facetas que afronta la empresa, creímos que era conveniente.
El asociacionismo empresarial tiene dos facetas fundamentales.
La primera, el acceso a información muy especializada, y la segunda, la relación con empresarios del mismo sector, que sin perjuicio de la lógica y sana competencia, permite establecer relaciones de amistad e incluso colaboración, que siempre son beneficiosas para todos.
Evidentemente, el Foro es una ocasión para poner de manifiesto esa capacidad de acceso a la información y el punto de encuentro desde un punto de vista material.
Permite poder reunirse con colegas y empresas que se mueven en el mismo ámbito y comparten necesidades.
En este “océano negro” donde nos ha sumido la crisis, parece que una de las cosas en las que todo el mundo está de acuerdo, es que por diversos factores, la rehabilitación tiene una viabilidad que la obra nueva no tiene.
En principio, parece que la rehabilitación no necesita tantos recursos financieros, que es una de las mayores carencias que ahora mismo existen.
Permite el reutilizar, obviamente no todo, pero si gran parte de lo que ya existía, algo que hace posible la menor necesidad de recursos financieros un gasto final menor.
Además permite, en este mundo donde vivimos, donde la obsolescencia se había convertido en un gravísimo problema, dar nueva vida a edificios e instalaciones, que de otra manera acabarían en el vertedero o abandonados.
El impulso de la rehabilitación es una excelente ocasión para aprovechar todas las expectativas que se abren con ella.
Sin duda, ahí reside el potencial y en las grandes posibilidades que ofrece.
Naturalmente, si hablamos de rehabilitación de edificios residenciales, como industriales o terciarios, ciertamente el potencial es enorme.
No requiere desarrollos urbanísticos nuevos ni de suelo, por lo que, como decía, considero que la rehabilitación tiene un potencial enorme por todas estas razones.
Del negro, pasamos al azul oscuro casi negro. El futuro parece estar unido a esta situación económica, donde todos intentamos salir de la situación en la que nos encontramos.
En principio, a peor ya no se puede ir, con lo cual aunque sea poco, en alguna medida hay que ir a mejor.
Es evidente que en el ámbito de la descontaminación de residuos peligrosos hay mucho por hacer.
Mucha información por recibir y por difundir, porque tan importante es que nosotros conozcamos los problemas que nos podemos encontrar, como que lo sepa la sociedad donde nos encontramos.
De esa forma, necesitamos difundir esa información a la que nosotros accedemos se tenga en cuenta y que de cara a los procesos de trabajos donde nos vemos inmersos sea tenida en cuenta.
También en el ámbito de los residuos orgánicos contaminantes permanentes, que son un problema bastante a tener en cuenta, al que aún no se le está dando la importancia que tiene.
Pero entiendo, que como en todas estas cosas, ‘piano a piano’ irán saliendo a la luz y podremos ir afrontándolas como es debido
Simplemente confiar en un impulso de la actividad económica productiva y que podamos poner en marcha todos los proyectos que están a la vista y que vayan surgiendo nuevos, y que todo retome una velocidad de crucero mínimamente razonable.