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ACCIDENTES

Un error en la manipulación de sustancias químicas produjo un vapor que obligó a desalojar el centro

diariovasco.com. San Sebastián []

 

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Catorce ingresados y cincuenta atendidos por una fuga tóxica en La Perla DATOS ATENDIDOS Once de los intoxicados fueron dados de alta y tres trabajadores seguían por la tarde en el hospital INVESTIGACIÓN La Guardia Municipal se encargará de determinar la causa que provocó los vapores tóxicos Un error en la manipulación de los productos químicos que se emplean para el tratamiento de las aguas en la talasoterapia La Perla de San Sebastián obligó a primera hora de la mañana de ayer a desalojar la instalación después de que se generaran vapores tóxicos. Catorce personas fueron trasladadas a centros sanitarios y consultorios médicos de la capital, mientras que alrededor de cincuenta sufrieron irritaciones de carácter leve. Fuentes sanitarias indicaron que ninguno de los afectados se encontraba en estado grave. En el transcurso del día once de ellos fueron dados de alta. Sucedió minutos después de las ocho y media de la mañana. Un accidente en la descarga de sustancias que se emplean para mantener las instalaciones de la zona de la talasoterapia en las debidas condiciones higiénico-sanitarias provocó un vapor tóxico que se extendió por todo el complejo. Según señaló Francis Tamayo, gerente del Centro Talaso-Sport La Perla, «como toda instalación de estas características tenemos cloro y otro producto para regularizar el PH y la higiene de las piscinas. De esta manera, cada cierto tiempo se pide al proveedor que nos abastezca de dichos elementos. De esta manera, cuando ha terminado de vaciar el recipiente de cloro en los depósitos que tenemos en los almacenes, lo siguiente que se debía hacer era verter el que regula el PH. Sin embargo, al parecer, se ha producido una equivocación y en lugar de vaciar el de PH se ha vuelto a echar cloro. Esto ha generado una nube tóxica que se han extendido por las instalaciones», indicó el directivo. La reacción se debió a que el producto que sirve para regular el PH contiene ácido sulfúrico rebajado, que al entrar en contacto con el cloro (hipoclorito sódico) desencadenó el vapor tóxico. Como consecuencia de ello, el aire se hizo irrespirable. Empleados del establecimiento, junto a monitores que vigilaban las piscinas y demás personal que impartía clases de diferentes modalidades de gimnasia, dieron la voz para que todos los usuarios desalojasen el centro. Unos lo hicieron a través del acceso que da al voladizo de la playa. Otros salieron por la puerta principal al paseo de La Concha. La evacuación se desarrolló en pocos minutos y en la misma colaboraron agentes de la Guardia Municipal de la capital así como efectivos de la Ertzaintza. Con lo puesto Los usuarios y trabajadores abandonaron el complejo con lo puesto. Se estima que en torno a una quincena de personas se encontraba en el momento del suceso en la zona de las piscinas. Prácticamente todas alcanzaron la calle en traje de baño. Justo pudieron echarse al hombro una toalla. Los más afortunados lograron hacerse con unas batas blancas. Con los gorros de la piscina aún húmedos sobre la cabeza, cruzaron al otro lado del paseo de La Concha. Al grupo se fueron sumando en los instantes siguientes las varias decenas de personas que en el momento del suceso se encontraban en la clase de spining. Se estima que en el momento del suceso, unas sesenta personas se encontraban dentro del complejo entre trabajadores y clientes. Confusión Los conductores que a esas horas circulaban por la zona, confundidos por la situación y sin saber lo que en realidad sucedía, tuvieron que detener la marcha para permitir el paso de los afectados. A la zona se desplazaron ambulancias de Osakidetza, Cruz Roja y DYA. Los sanitarios atendieron a las personas que presentaban un mayor grado de intoxicación. Algunas de ellas apenas iban saliendo se tumbaban en los bancos existentes en la zona, donde recibieron la asistencia que precisaban. A los más afectados les suministraron oxígeno mediante la colocación de mascarillas. Fuentes sanitarias indicaron que once personas fueron evacuadas al Hospital Donostia y otras tres al ambulatorio de Ondarreta. Además, se atendieron en el lugar a otras cincuenta personas. En el transcurso de la mañana, nueve de los ingresados en el hospital fueron dados de alta. Otros tres afectados, empleados de mantenimiento de la talasoterapia, permanecían en observación. A la intemperie Tras los primeros instantes, los desalojados fueron invitados a trasladarse hasta la prolongación de la calle General Lersundi, que comunica Zubieta con el paseo de La Concha. Algunos de ellos en sillas de ruedas, otros descalzos y los más afectados ayudados por los sanitarios y guardias presentes soportaron durante cerca de una hora en el lugar a la intemperie. El viento que en esa zona siempre se acusa en un mayor grado obligó a las asistencias a facilitar mantas, sobre todos a las personas de más edad. Ante la imposibilidad de regresar a la talaso para recuperar sus pertenencias, algunos, los menos, decidieron desplazarse a sus casas tal y como estaban ataviados. Otros, cerca de treinta, fueron acogidos en el hotel Niza así como en el restaurante Narru, donde aguardaron hasta la una y media de la tarde, momento en que se les permitió volver. Tras la emanación tóxica, todo el perímetro de la plaza del Padre Vinuesa, donde se ubica la talaso, quedó acordonada. El club Eguzki, el Atlético San Sebastián y El Café de La Concha fueron también desalojados como medida de precaución. Las viviendas de la zona tuvieron que cerrar las ventanas. El tráfico desde el centro de la ciudad hacia Ondarreta y el Antiguo quedó cortado, por lo que la circulación fue desviada por Aiete. También se cerró el acceso peatonal por La Concha. La Guardia Municipal desplegó en el lugar un centro de coordinación de emergencias que estuvo dirigido por el oficial del citado cuerpo Joxe Anta. Al lugar se desplazó la concejal de Proteccion Civil, Nekane Burutaran. Dotaciones de los bomberos, equipados con unidades de respiración autónomos accedieron al interior de la talaso y procedieron a la extracción controlada del aire tóxica existente. A primera hora de la tarde, las mediciones efectuadas por los técnicos confirmaban ya la desaparación de toda contaminación. La Guardia Municipal donostiarra ha abierto una investigación y confeccionará el correspondiente atestado que será remitido al juzgado. Agentes asignados al caso analizaban ayer las circunstancias en las que se produjo el suceso. En este sentido, investigan si el error se produjo en la manipulación de los productos a la hora de proceder a la descarga, aunque también analizaban si los depósitos que facilitó el suministrador estaba mal etiquetados en origen y en lugar de ser uno de cloro y otro del regulador de PH, ambos eran de cloro.

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