Tras la apertura de su nueva planta en el parque industrial de Pilar

Según precisaron desde el brazo local del grupo danés especializado en la provisión de revestimientos anticorrosivos, el objetivo de consolidar su gama de productos y servicios en Sudamérica desde la planta emplazada en la provincia de Buenos Aires es parte de una estrategia global a mediano plazo bastante más ambiciosa: posicionarse entre los 10 fabricantes de pinturas industriales más importantes del mundo.

La decisión de montar su vigésimo cuarta fábrica de pinturas industriales a escala global en un mercado como la Argentina fue algo que desde la casa matriz del grupo Hempel planificaron casi con rigor científico y mucho antes de saber que la puesta en marcha definitiva de la unidad (inaugurada en febrero del año pasado en el parque industrial de Pilar, unos 60 kilómetros al norte de la ciudad de Buenos Aires) les demandaría un desembolso cercano a los 17 millones de dólares. Uno de los objetivos que persigue la iniciativa concretada en el país por la multinacional de capitales daneses es expandir su actividad comercial en las naciones limítrofes y optimizar sus servicios al mercado sudamericano. Otro, bastante más ambicioso, por cierto, y que forma parte de una estrategia global a mediano plazo, es posicionarse entre los 10 fabricantes de pinturas más importantes del mundo.

¿Cómo cree que evolucionará la actividad de su empresa a escala regional de cara al corto plazo?, preguntamos a Bárbara Malamud, coordinadora de Marketing de Hempel para América del Sur.

Nuestro segmento comercial está focalizado en la provisión de revestimientos anticorrosivos para la protección de estructuras de acero expuestas a ambientes hostiles dentro de las industrias minera, de Oil & Gas, química, de generación de electricidad (plantas termoeléctricas, hidroeléctricas y nucleoeléctricas), eólica, ferroviaria, marina y de contenedores, entre otras, que entendemos evolucionarán necesariamente hacia soluciones más complejas a fin de acompañar los nuevos desafíos tanto climáticos como energéticos. Nuestros planes, en ese sentido, son seguir desarrollando más y mejores soluciones de protección en la fábrica de Pilar (la primera en América del Sur y la 24° del grupo a escala global) y desde allí lograr una aceitada distribución con acotados plazos de entrega que nos permita consolidar nuestro posicionamiento no sólo a nivel local sino también en el resto de los mercados sudamericanos.

¿Cuáles son los grandes desafíos que tienen por delante los fabricantes de pinturas industriales?

La globalización y el dinamismo en todas las economías, pero por sobre todo en aquéllas en desarrollo, que exigen una rápida adaptación al cambio y a los nuevos requerimientos tecnológicos aplicados a cualquier tipo de industria; algo que Hempel domina ampliamente en todos los segmentos en los que opera. En esa dirección, la planta de Pilar cuenta con la última tecnología en equipos de fabricación de pintura, incluyendo disolventes cónicos que permiten una producción flexible; un sistema sónico que supervisa la frecuencia generada en el proceso de disolución, ajusta la cantidad de polvo vertido y controla la velocidad a la que el mismo ingresa a las máquinas desde las bolsas; y un esquema con circuito cerrado de limpieza al que están vinculados todos los tanques y que se sella durante el proceso a fin de reducir las emisiones que el mismo genera. Eso nos brinda la posibilidad de adaptarnos no sólo a los requerimientos de nuestros clientes sino además de cumplimentar normativas ambientales de avanzada.

¿Dónde estarán, a su entender, las mejores oportunidades de negocios durante los próximos años?

Claramente el mundo avanza hacia un escenario complejo en términos de generación de energía obtenida desde distintas fuentes. A medida que se incrementa el consumo energético a nivel mundial y regional, impulsado por la creciente demanda de una población en aumento y el crecimiento económico de los países de la región, los problemas relacionados con el suministro también se vuelven más apremiantes. En economías maduras, encontramos oportunidades en las pinturas de mantenimiento, mientras que en aquéllas emergentes, como la de Sudamérica, se basan mayormente en las pinturas de nuevas construcciones. Y entendemos que las posibilidades de negocios se generarán no sólo en los formatos de energía convencional sino también en el desarrollo de energías no convencionales. En lo que respecta al segmento de Oil & Gas, el petróleo convencional representa actualmente la principal fuente del recurso, aunque en la práctica sólo constituye una fracción minoritaria de las reservas del mundo, en tanto que el resto está conformado por crudo no convencional. Una situación similar se percibe en la generación de gas. Y dentro de las energías no convencionales no se deben descartar los nuevos desarrollos en generación de energía eléctrica a partir de las llamadas energías limpias, como la solar o la eólica. En el caso de esta última, durante los últimos dos años la capacidad en América latina se ha duplicado. Por otro lado, también percibimos que el desarrollo de la minería en la región generará buenas oportunidades de negocios, en gran medida por la necesidad de las empresas del rubro de acceder a la energía en lugares que representan un desafío complejo