Las ventas fuera de España impulsan al sector valenciano, que durante 2011 facturó un 2,5% más

 

La industria química valenciana está reforzado su presencia exterior. Según la patronal Quimacova, un 10% de las compañías se han implantado internacionalmente, el doble que en 2007.

La apertura de horizontes está contribuyendo a que el sector mantenga su crecimiento. El año pasado lo hizo en un 2,5%. Las compañías ven en la internacionalización una herramienta para mejorar la competitividad. Muestra de este interés es la creación el año pasado por parte de Quimacova de una herramienta llamada Interquim para apoyar a las empresas que quieran dar el salto exterior. Ya la han utilizado más de un 90% de las firmas asociadas (alrededor de un centenar). Ahora la asociación pone el foco de las oportunidades de negocio en países como Polonia e India.

No obstante, las empresas encuentran un freno en la ausencia de financiación. «La inversión a realizar es muy fuerte y la empresa tiene que hacerlo con financiación propia; los plazos en exportación son muy dilatados. Si existieran líneas de apoyo en este sentido más claras y transparentes por parte de Administraciones y entidades financieras, se potenciaría más la internacionalización y las ventas en el exterior», apunta el presidente de Quimacova, Miguel Burdeos.

El 85% de las empresas venden su mercancía en el exterior. Italia, Francia, Portugal, Alemania y Países Bajos son los compradores más destacados, y concentran el 40% del volumen. Los mercados del norte de África (Marruecos, Egipto, Turquía, Argelia) cierran el top-ten de los territorios importadores. El año pasado, según el documento elaborado por Hacienda y el ICEX, realizaron compras valoradas en más de 256 millones de euros. En el continente asiático, destacan las ventas en China y Taiwán (más de 70 millones), y en América, destacan las ventas a Brasil, México y EE UU.

En Portugal, entre otros mercados, vende Pinturas Benicarló. Lleva exportando una década. Su primera experiencia, en Argentina, no fue positiva, puesto que coincidió con el 'corralito' y decidieron dar marcha atrás. Más éxito tuvieron en México, donde tienen un almacén franco para distribuir la mercancía (son especialistas en pintura sobre vidrio, para cosmética y bebidas, fundamentalmente).

Su presidente, Claudio Bueno, explica que las ventas comienzan ahora a repuntar en Brasil, un mercado donde llevaban situados cuatro años. También venden a Israel, aunque aquí el producto va destinado a la industria de la automoción. En total, las exportaciones suponen un 85-90% de las ventas. «En España no se mueve nada», asegura. Están estudiando la forma de entrar en otros países europeos.

Los resultados son buenos. En el primer trimestre, las ventas han crecido un 17,5% respecto al año anterior. Ese ejercicio facturaron unos 6,5 millones de euros, un 40% más.

Esta es una de las más de 100 empresas a las que representa la patronal química valenciana (22% del total), así como a más de 4.000 trabajadores, un 35% de los que emplea el sector. Las firmas asociadas a Quimacova tienen un importante volumen de facturación, ya que concentran el 65% del total. En general, la industria facturó en 2010 en la Comunitat más de 4.000 millones y empleó a 12.228 personas, según datos del INE.

Otra asociada esQuímicas Meristem. La mitad de sus ventas son en el exterior. Produce fertilizantes y nutrientes agrícolas, vende a más de 20 países y tiene oficinas propias en Cuba. En MPL, especializada en productos de limpieza, llevan tres años invirtiendo en internacionalizar. Están en Europa, África y un Sudamérica, aunque su principal cliente es Francia.

No es fácil situar un producto como el químico en el exterior. Los procesos de registros previos a la exportación llegan a durar de 12 a 16 meses y costar hasta 3.000 euros por producto, explica Miguel Burdeos. Una vez obtenido el registro se deben verificar las propiedades del producto y cumplir con las normativas internacionales de transporte, que para el caso de productos químicos «es mucho más restrictiva y costosa», añade. En el extranjero se valora, sobre todo, la 'marca España' como miembro de la UE, puesto que, sobre todo en países asiáticos, «nuestros productos tienen buena reputación en cuanto a la relación calidad/precio y el valor añadido que tienen debido sobre todo a la experiencia y know-how de los procesos productivos».