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Cuatro meses de cárcel y diez millones de multa por poner en jaque al río Umia

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El incendio y posterior vertido provocaron este color azul en las aguas del Umia. | EL MUNDO

El incendio y posterior vertido provocaron este color azul en las aguas del Umia. | EL MUNDO

  • Tres trabajadores irán a juicio el 19 de marzo por el incendio de Brenntag
  • Les atribuye 'omisión e imprudencia grave' en la manipulación de tolueno
  • El fiscal concluye que la explosión supuso 'grave riesgo para la salud humana'
  • La química deberá pagar a la Xunta por los costes de su actuación y los daños

El incendio de la factoría de productos químicos Brenntag en Caldas de Reis (Pontevedra) supuso un 'grave riesgo para la salud humana'. El vertido de sustancias tóxicas al río Umia que se produjo a raíz del fuego ocasionó 'un grave riesgo para el equilibrio de los sistemas naturales del río' y provocó una 'total mortandad de la fauna piscícola del río Umia en 7 kilómetros'.

Grupos ecologistas y especialistas universitarios ya habían alertado de las consecuencias de este fuego registrado el 1 de septiembre de 2006. Ahora es la Fiscalía la que hace estas afirmaciones tan contundentes. Lo hace en un escrito de acusación que a partir del próximo lunes 19 de marzo llevará a juicio esta catástrofe natural que alertó a las comarcas del Umia y O Salnés.

La acusación pública sentará en el banquillo durante cuatro días (en jornadas de mañana y tarde) a tres trabajadores de la fábrica acusados de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente por omisión e imprudencia grave, y solicita al Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra que les condene a cuatro meses y 15 días de prisión.

Según el fiscal, los operarios E.E.P. y J.M.M.P. cometieron este delito porque descargaron un camión cargado de tolueno que acababa de llegar a la fábrica sin adoptar las medidas de seguridad oportunas. La responsable medioambiental de la fábrica, B.G.V., lo hizo por no supervisar las tareas, pues la sustancia es altamente inflamable.

Su negligencia provocó, según el fiscal, daños que ascienden a diez millones de euros. Destaca en su escrito que, por suerte, no hubo que lamentar pérdidas humanas, pero califica de catástrofe las consecuencia de la explosión que se ocasión a raíz de su forma de actuar. Fue la catástrofe natural que recuerda el río Umia.

Así, la explosión originó un incendio que no sólo calcinó por completo la fábrica de Brenntag, sino que, al destruir sus depósitos de productos químicos, derivó en un vertido al río Umia altamente contaminante. La factoría estaba situada al borde del río y tenía un sistema antiincendios y mecanismos de depuración, pero ninguno aguantó la magnitud del incidente.

Aire contaminado

El plan de emergencia diseñado por la Xunta tras el incendio llevó, incluso, al desalojo temporal de los vecinos de las casas próximas y a la instalación de camiones especializados en el control de los niveles de contaminación en el aire, pues la nube negra que rodeó a la factoría supuso 'emanaciones al aire de sustancias tóxicas'.

El riesgo para la salud humana fue real, pues en las horas y días siguientes a la fuerte explosión los sistemas de vigilancia de la contaminación a través del aire detectaron que se sobrepasó cuatro veces 'el límite que no se debe superar para la protección de la salud humana'.

Una mancha azul que parecía imparable

El vertido que ocasionó el fuego tiñó rápidamente de color azul el río Umia. En base a los informes elaborados por especialistas universitarios y de la Guardia Civil, llegaron al río hidrocarburos, metilisobutilcetona, acetato de etilo, dióxido de azufre, dioxido de nitrógeno, monóxido de carbono o benceno.El plan de emergencia situó río abajo balsas de contención del vertido que impidieron que llegase al mar o a las poblaciones de O Salnés situadas en los márgenes del cauce del río Umia. Gracias a esta actuación 'pudo controlarse la situación y evitar que la catástrofe adquiriera un tono más dramático', pero en los siete kilómetros que quedaron entre el punto del vertido y estos sistemas de control se murió la totalidad de la fauna.

En esos siete kilómetros están situados los puntos de captación de agua de los municipios de O Salnés que se abastecen del Umia para su consumo diario, de forma que durante horas se quedaron sin suministro. En los días posteriores, tuvieron que abastecerse a través de una canalización de 17 kilómetros construida entre Caldas (en un punto anterior a Brenntag) y Vilanova de Arousa.

La empresa pagará los daños

El fiscal sitúa como responsables civiles solidaria a la empresa y su aseguradora, AIG Europe. Pide que paguen a la Xunta 8,1 millones por su actuación posterior, 113.919 euros por las obras de emergencia que fueron necesarias para controlar el vertido y 1,3 millones por los daños ecológicos y medioambientales ocasionados.

A mayores, deberán indemnizar a otras empresas situadas en las inmediaciones del polígono de Veigas de Almorzar por los días de inactividad que les ocasionó el incendio y pagar 14 turismos, cuatro camiones y un remolque afectados por el fuego.

Un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela señala que hasta hace apenas unos meses el río Umia no se había recuperado de la catástrofe y que especies como la lamprea aún tiene problemas de reproducción en la zona más directamente afectada.


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