 El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) apuesta por avanzar en ecodiseño en el marco del Plan de Acción de la Unión Europea hacia una economía circular.
El Consejo de Ministros de Medio Ambiente, en la reunión celebrada la pasada semana, abordó, entre otros asuntos, dicho plan, cuyo objetivo es identificar las distintas medidas sobre las que la Comisión Europea considera necesario actuar, tomando como referencia la economía circular.
Estas medidas afectan a las diferentes etapas del ciclo de vida de los productos (diseño y producción, consumo, gestión de residuos y aprovechamiento de los recursos contenidos en los mismos mediante su reintroducción en la economía) y a cinco áreas prioritarias (los plásticos, el desperdicio alimentario, las materias primas críticas, la construcción y la demolición, así como la biomasa y productos con base biológica). Se incluye igualmente un apartado relativo a la innovación y a las inversiones.
En este contexto, el Ministerio ha propuesto avanzar en materia de ecodiseño y en el desarrollo de indicadores homogéneos que permitan evaluar los logros de cada Estado miembro y de la Unión Europea en su conjunto hacia una economía circular. Y todo ello vinculado a la necesidad de proteger la salud humana y el medio ambiente, así como garantizar la unidad de mercado y la libre circulación de mercancías.
Asimismo, se refirió a la importancia, dentro del Plan de acción, de la reutilización de aguas y a la experiencia tecnológica de España en la regeneración de aguas residuales urbanas, destacando igualmente la necesidad de una mayor educación y sensibilidad ciudadana de cara a integrar en los hábitos diarios cotidianos los nuevos conceptos vinculados a la economía circular.
De hecho, el fin último del nuevo paquete europeo de economía circular, aprobado el 32de diciembre de 2015, es impulsar la transición desde una economía lineal, marcada por la máxima de “usar y tirar”, a una circular en la que los desechos sean reducidos al mínimo y concebidos como recursos de utilidad.
En todo caso, la pretensión es que los productos se puedan volver a utilizar repetidamente una vez hayan llegado al final de su vida útil, creando valor, pero también actuando sobre el cambio climático y el medio ambiente, e impulsando al mismo tiempo la competitividad mundial, el fomento del crecimiento económico sostenible y la creación de empleo.
Respecto al cambio climático, el Ministerio considera que el Acuerdo de París supone para España un antes y un después en la lucha contra este fenómeno, manifestando al respecto que la Unión Europea jugó un papel clave en París a la hora de mantener la ambición del Acuerdo y movilizar a los principales actores, y en esta línea se debe seguir trabajando.
SOBRE LA CUMBRE DE PARÍS
Tras dos semanas de duras negociaciones, el acuerdo fue cerrado el pasado 12 de diciembre por parte de 195 países, entre los que se encontraban dos de los más contaminantes del mundo, China y Estados Unidos, siendo sus principales objetivos limitar el aumento de la temperatura del planeta a menos de 2ºC y promover el uso de las energías limpias.
Para ello se prevé elevar los flujos financieros de cara a avanzar hacia una economía baja en carbono y ayudar a los Estados con menos recursos a que puedan adaptarse al cambio climático y crecer económicamente.
Asimismo, el documento establece que los futuros planes nacionales de acción climática no serán menos pretenciosos que los aportados hasta ahora por 188 países, que en todo caso han contribuido a ralentizar el ritmo de emisiones globales de efecto invernadero, sentando los cimientos para una ambición mayor.
El acuerdo estará disponible para ser firmado durante un año a partir del 22 de abril de 2016, Día de la Tierra, entrando en vigor cuando 55 países que representen al menos el 55 por ciento de las emisiones mundiales (ranking liderado por China y la India) hayan depositado sus instrumentos de ratificación.
Vía: Sogama |
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