'Los vecinos aseguran que la situación «mantiene atemorizada a la población, que es consciente del riesgo para su seguridad y salud»

Una plataforma vecinal ha lanzado la voz de alarma sobre el riesgo que existe en Daimiel por el «almacenado precario» de residuos tóxicos en las antiguas instalaciones de la empresa Alquimia Soluciones Ambientales, localizadas en las proximidades del casco urbano. Según informaron fuentes de la Plataforma Daimieleña contra los Residuos Tóxicos, desde 2012, año en la que la empresa Alquimia Soluciones Ambientales entró en concurso voluntario de acreedores, se vienen almacenando en sus instalaciones un «importante volumen de residuos tóxicos que suponen un riesgo para la población».
Alquimia Soluciones Ambientales fue la primera spin-off nacida en la Universidad de Castilla-La Mancha, que en su día gestionó el Centro de Investigación y Desarrollo para la Recuperación Ambiental (Cidra), dedicado al tratamiento de residuos industriales peligrosos y no peligrosos. La posterior compra de estas instalaciones por la empresa aceitera Faiges, autorizada por el juzgado de lo mercantil de Ciudad Real, abrió la puerta de la retirada de los miles de kilos de residuos que mantenían en estas instalaciones, si bien, según esta plataforma, al día de hoy gran parte de ellos aún no han sido retirados.
La situación actual de las instalaciones, indicaron, la convierten en «un almacén incontrolado de residuos peligrosos», por eso, han tomado la iniciativa de solicitar al Gobierno regional información sobre la situación de esos residuos, su toxicidad y el riesgo que puede existir para la población y el medio ambiente. Así, han enviado una carta al viceconsejero de Medio Ambiente de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Sergio David González Egido, en la que le piden que, además de informarles sobre la situación de estos residuos, tome las decisiones oportunas para darle una solución inmediata. También le han recordado que desde 2011 se han registrado tres incendios en estas instalaciones que, en algunos casos, obligaron a las autoridades a tomar medidas preventivas ante el riesgo de que la población se pudiera ver afectada por la inhalación de humos tóxicos.
Esta situación, señalaron, «mantiene atemorizada a la población que es consciente del riesgo para su seguridad y su salud», por eso, le han pedido que sean identificados los residuos y las cantidades existentes, así como su toxicidad y sus características y el estado del sistema de almacenamiento, especialmente en lo que se refiere a la seguridad de los contenedores.
El objetivo, declararon, es que se puedan evitar riesgos de reacciones espontáneas como la que al parecer provocó el último incidente al entrar en contacto el agua de lluvia con residuos de aluminio.
Asimismo, han exigido que se valore el riesgo de emisiones de gases a la atmósfera, el riesgo de explosiones, de contaminación del suelo, de emisiones al alcantarillado y contaminación del agua. Y finalmente, se han interesado por los plazos dados a los propietarios de las nuevas instalaciones para el desmantelamiento y la eliminación de los residuos, o en su caso, sobre quién recae la responsabilidad de hacerlo.