El lavado interior de cisternas ha sufrido todo tipo de coyunturas en los últimos años. Primero fue la falta de lavaderos específicos existente, déficit que ha ido revirtiendo con el tiempo hasta el punto de existir un número adecuado en nuestro país para llevar a cabo este trabajo.

Ocurre sin embargo que durante la crisis, si bien no se cerraron muchos lavaderos, tal y como reconoce Federico Martín, 'el volumen de trabajo de los mismos disminuyó en idéntica proporción a como lo hizo la actividad propia del transporte en cisternas, algo que ha tenido especial incidencia en la industria química, que sufrió dicha crisis con especial virulencia'.

Problemática específica

Sea como fuere, dependiendo del producto que se transporte la problemática está sujeta a determinadas especificidades, pues no es lo mismo llevar en el interior de las cisternas productos alimenticios que cualquier tipo de mercancías peligrosas.
En el caso de los alimentarios, Federico Martín tiene claro que 'CETM Cisternas debería promover una línea de actuación conjunta con ANLIC en el sentido de que se marquen unas pautas sobre cómo lavar las cisternas, ya que actualmente no existe una reglamentación oficial al respecto. Y es que cada cliente homologa un tipo de lavadero, existiendo normas distintas en este sentido, por lo que dependiendo de tu zona de actuación tienes que ir a uno u a otro obligatoriamente'.
Por otro lado, y en lo que respecta al lavado de cisternas de gases, el 'conflicto' es completamente diferente, según sostiene Martín: 'el problema llega porque cuando tenemos que desgasificar las cisternas para pasar las revisiones ADR, no todos los lavaderos tienen los sistemas adecuados para realizar este trabajo de la forma correcta'.

Un sector cumplidor

Un inconveniente que, por el contrario, no existe en relación a las mercancías peligrosas, ya que todo está regulado por real decreto y todos los centros deben estar homologados en la Federación Europea de Organizaciones de Lavaderos (EFTCO) y cumplir con una serie de características adaptadas a la normativa actual, con lo que la problemática sobre malas praxis no se da en este sentido.

Cierto es que hoy en día siguen existiendo lavaderos piratas, pero afortunadamente las grandes compañías obligan a los transportistas a presentar un certificado de lavado con ANLIC, sobre todo si quieres trabajar 'con la gran industria. No podemos obviar que hay que lavaderos pequeños que no cumplen con la normativa o cargadores que no exigen el certificado homologado de limpieza, pero afortunadamente no es una práctica generalizada, tratándose de un sector que cumple con lo establecido en su gran mayoría', asegura Federico Martín.

Duplicidad de certificados

Para el presidente de CETM Cisternas, uno de los grandes problemas que soporta este sector, y que se ha convertido una de las asignaturas pendientes del mismo desde hace años, tiene que ver con el hecho de que el Ministerio de Industria no lleve un control que ayude a evitar la emisión de certificados ATP y ADR a un mismo vehículo, facilitándo de este modo la utilización de una misma cisterna para el transporte de productos alimenticios y peligrosas. 'Sería tan sencillo como tener un registro único para poder controlar todo ello', afirma.

Nula rentabilidad

En otro orden de cosas, cada año cierto número de transportistas deciden construir su propia estación de lavado. Ello, lógicamente, supone tener que hacer frente una gran inversión, una política empresarial con la que Federico Martín no está de acuerdo si no hay un mínimo de rentabilidad, algo muy difícil de conseguir si no tienes 'servicios muy seguidos de limpieza en una misma zona. Para ello, es necesario, por lo menos, tener una rotación de no menos de 20 vehículos diarios', explica para concluir.