Dos personas murieron este lunes, ocho resultaron heridas de gravedad y 17 leves, y otra permanece desaparecida a causa de una violenta explosión en una de las mayores plantas químicas del mundo, la sede central del gigante de la industria química BASF, en Ludwigshafen (oeste de Alemania), según informaciones del empresa y de diversas agencias. Según el último informe oficial sobre el accidente ocurrido anteayer, los dos empleados fallecidos eran miembros de la brigada de bomberos de BASF.
El suceso ocurrió a las 11.20 hora local (09.30 GMT) en unas conducciones del puerto Norte en el río Rin de la factoría, por donde la planta se abastece de gas licuado, aunque la empresa asegura que no ha detectado contaminantes peligrosos ni en el agua ni en la atmósfera. Varias personas denunciaron problemas para respirar a raíz de la fuerte deflagración, que provocó un aparatoso incendio y una gran columna de humo negro.
La empresa, que reconoce no saber aún qué productos químicos han sido vertidos, pidió también inicialmente a los vecinos de Ludwigshafen evitar permanecer en espacios abiertos y mantener las puertas y ventanas cerrada'. Uwe Liebelt, responsable de la planta de BASF en Ludwigshafen, aseguró en rueda de prensa que los daños económicos sufridos son irrelevantes y que el gran problema son los damnificados por la explosión, y trasladó sus condolencias a los afectados y sus familias.
Segunda explosión
Tres horas antes de que tuviese lugar este suceso, se produjo otro en la planta de BASF en Lampertheim (oeste de Alemania), en la que se producen aditivos para plásticos, y que está situada a apenas 30 kilómetros de la sede central de Ludwigshafen. En este accidente explotó un filtro por motivos por el momento no aclarados, aunque según la firma no ha supuesto la expulsión de químicos peligrosos a la atmósfera. En este primer incidente, como declaró la empresa, cuatro trabajadores resultaron heridos, de los que dos permanecen graves y hospitalizados y los otros dos ya han sido dados de alta.
Se ha paralizado la actividad en las dos plantas afectadas, con lo que BASF acumula 16 interrupciones de la producción en algunas de sus centros industriales de Alemania en este año, frente a los 13 incidentes que se registraron en 2015. Asimismo, y dado que el suministro de materia prima permanece interrumpido, cerca de otras 20 plantas están inactivas o funcionando parcialmente.
El complejo de Ludwigshafen es la sede principal de gigante químico alemán y el mayor recinto industrial químico del mundo, tal como la empresa asegura en su página web, con una superficie de 10 km2. La compañía obtuvo en 2015 beneficios por un total de 4.000 millones de euros, lo que supone un 23 % menos que el año anterior, por la caída del precio del crudo, y hace unos días anunció que en el tercer trimestre de 2015 su beneficio neto de explotación (EBIT) fue de 1.500 millones de euros, un 22,5 % menos que en el mismo período del año anterior. Las acciones de BASF, que cotizan en el DAX 30 de la bolsa de Fráncfort, cayeron un 1,2 % al cierre.
* Para más información: www.basf.com
