José Solórzano

Parto de la esfera de la percepción y de una que otra experiencia para tratar este complicado tema, como es la responsabilidad social empresarial que creo está centrada prácticas tibias, carentes de compromisos reales de cambio.

Ver cómo se ejerce este término dentro de nuestro contexto es una tarea un poco repetitiva, algo engorrosa puesto que la empresas se reducen a acciones que no apuntan a cambios de 180 grados o transformaciones reales de la sociedad a la que “contribuye” la empresa, espero no se mal entienda mi observación, pero creo que siempre es momento para repensar algunos comportamientos, de preferencia esos que consideramos positivos pues son los que nos ciegan.

Una empresa o un empresario piensa en el lucro, como es lógico y este término que viene de una escuela empresarial más avanzada a la nuestra, encontró cabida pero producto de la viveza criolla –que se vive en toda esfera- dejamos que esto quede en intenciones o en actos intrascendentes en materia social, pero que llenan las planas o espacios de algunos medios de comunicación.

En un mundo donde la riqueza aumenta, pero la brecha entre pobres y ricos también, es bueno analizar el rol social de una empresa, no como un generador de empleo sino como un actor social para el cambio, trascender más allá de los recursos que pueden generar para unos pocos y llegar a cambiar de verdad las vidas de las personas.

No hablo de comunismo, hablo de la oportunidad real que tienen actores sociales con influencia real para generar igualdad de oportunidades, va mucho más allá de compartir la riqueza de manera igualitaria, créanme el dinero no importa, lo que si interesa y mucho es la igualdad de oportunidades que la gente pueda tener y creo que las empresas deben ser quienes lideren ese cambio en la visión.

Todo esto es un acto meramente analizado desde la periferia, sin conocer cifras, datos y demás que corroboren o desmientan estas aseveraciones, pero creo que el compromiso social no puede quedar en una etiqueta que suena lindo y de la que algunos se aprovechan y a otros ni siquiera interesa, el ejercicio es reinventar lo que existe con acciones que generen igualdad, el dinero se lo pueden quedar.