Los asistentes a una de las ponencias de la mañana de ayer. VICENT MARÍ

NIEVES GARCÍA ÁLVAREZ | IBIZA Una sustancia peligrosa es cualquier elemento que puede generar riesgos de tipo nuclear, radiológico, biológico o químico, y aunque habitualmente se piense en ella en casos, por ejemplo, de explosiones de depósitos o grandes catástrofes, lo cierto es que se encuentran mucho más próximas de lo que la población a veces cree. «La mercancía peligrosa, la sustancia química peligrosa o la sustancia biológica peligrosa la tenemos mucho más a mano», subrayó el presidente de la Asociación española de lucha contra el fuego (Aself), Pablo Gárriz.

En este sentido, destacó que en estas sustancias se engloban «desde una máquina de rayos X, a un barco que transporta el combustible que se usa para los vehículos o la cisterna que lleva material para las piscinas». «Es algo que afecta a muchos ámbitos de la sociedad, no solo a procesos industriales; sino también algo necesario para nuestro propio funcionamiento», apuntó Gárriz, que agregó que «un avión no deja de ser una cisterna que lleva gente dentro».

Y por este motivo, precisamente, los accidentes causados por estas sustancias no son solo grandes catástrofes, como en el caso de Ibiza pudo ser el hundimiento del ´Don Pedro´ y la consiguiente fuga de combustible, sino que en la isla se dan sucesos relacionados o causados por estas sustancias peligrosas: «Son relativamente frecuentes las fugas en aparatos a presión o la mala manipulación de algún producto químico que se deja liberar. Por ejemplo, las piscinas usan cloro y este cloro mal manipulado o con un problema en la instalación puede generar una nube tóxica de gas que afecte a la población».

Para abordar y exponer la problemática de los diferentes entornos en los que hay sustancias peligrosas, cómo se llega de algunos accidentes a la normativa, las investigaciones que se están realizando o cómo prevenir o actuar frente a las emergencias, Aself ha organizado unas jornadas que reúnen a un grupo de 16 expertos de 13 países distintos que celebran en la isla la 41 comisión Hazmat –de mercancías peligrosas– y a un centenar de profesionales y de expertos también del ámbito nacional, con el fin de que todos ellos creen «un foro de debate e intercambio de ideas». «Es una oportunidad de tener, de primera mano, información de lo que se está haciendo en el mundo» en este campo, indicó el presidente de Aself.

Gárriz señaló también que en el caso de la isla hay que sumar ahora un riesgo más, el que provoca el gas natural, ya que Ibiza ya cuenta con un gasoducto. «Supone una sustancia peligrosa más que está catalogada», dijo. Explicó que la tubería tiene un fin concreto, «que es alimentar la planta de Endesa porque tiene un ciclo combinado», y que esto obliga a «tener planes establecidos, rediseñar las operativas y valorarlo en los catálogos de riesgos», al tiempo que debe adaptarse la parte de respuesta en caso de emergencia.

El presidente de Aself comentó que al hablar de las sustancias peligrosas hay que tener en cuenta que pueden provocar riesgos por accidentes, pero que son susceptibles también de ser usadas con fines terroristas, de modo que en estos casos el afrontarla no es solo una cuestión de protección civil en sentido amplio, sino una problemática de seguridad pública. Por ello, indicó que hay cuerpos de Defensa especializados en esto.

Y también incidió en el hecho de que una isla como Ibiza les «completamente dependiente» de sustancias exteriores, peligrosas entre otras, para el funcionamiento diario, y que por ello la planificación y el trabajo de prevención es especialmente importante. «Si tenemos un parque de hidrocarburos que recibe todos los combustibles que usamos en la isla, ya tenemos una situación [de riesgo] que es recibir un barco que trae ese combustible, que este se lleve a la estación logística y de ahí con camiones, a distribuirlo. Si tuviéramos cualquier problema en esa cadena, la isla se pararía», señaló.

En esta línea y como ejemplo indicó que en verano en la isla hay combustible para tres días, y en invierno para siete. «Entonces, a veces la emergencia no es solo el incidente en sí, sino la generación de elementos que distorsionan el normal funcionamiento de la sociedad», apuntó.

Asimismo, Gárriz hizo hincapié en que el personal de emergencias requiere de una formación continua y de ámbitos muy amplios. «A veces somos un poco maestrillos de nada y aprendices de todo. El ámbito de la emergencia, su complejidad, viene precisamente de multitud de situaciones», resaltó.

Accidentes, protocolos de intervención y casos prácticos
Las ponencias incluidas en el programa del encuentro que se lleva a cabo desde ayer y hasta mañana en el Palacio de Congresos de Santa Eulària abordan diferentes problemas y casos prácticos. En la jornada de ayer tres expertos presentaron un estudio sobre accidentes de cisternas con gas licuado, una situación que según reconoció el presidente de Aself, Pablo Gárriz, no se puede dar como tal en Ibiza porque la isla no dispone de un sistema de gasificación ni plantas satélites para llevar el gas. En el día de hoy se abordarán procedimientos y protocolos de intervención en incidentes químicos; los equipos de protección individual en emergencias con sustancias peligrosas; la problemática de las mercancías peligrosas en la gestión de infraestructuras aeronáuticas o los problemas de siniestros con sustancias químicas en el mar. Mañana se recordará la explosión de los Alfaques, en los años 70, que afectó a un camping, y miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado hablarán de sus intervenciones con sustancias peligrosas.