Sólo está operativo un tramo, para dar salida a los productos de la planta de Repsol Química hacia la capital del Baix Camp

El Morell y La Pobla de Mafumet no quieren que las mercancías peligrosas pasen por la actual vía férrea que parte los dos municipios. Así se expresan los alcaldes de los dos pueblos ante la posible conversión del actual trazado en el paso tanto de trenes de viajeros como de productos químicos. Hace más de un año hubo una reunión con el subdelegado del Gobierno para ver las posibilidades de realizar un nuevo trazado.

Mientras buena parte del sector económico apuesta por el paso de mercancías peligrosas por la línea de costa –a través del denominado Tercer Fil–, el sector turístico y también los Ayuntamientos de Tarragona y Altafulla se muestran partidarios de reabrir al tráfico la línea Reus-Roda, tanto para mercancías como para pasajeros.

La mayor parte de la actual línea férrea está desmantelada. En algunos tramos entre Roda de Berà y Perafort faltan los raíles, que han sido serrados y robados a piezas por los ladrones para venderlos como material de chatarra. Las estaciones también están abandonadas y algunas incluso a la venta.

El único tramo que está en servicio es el que comunica la empresa Repsol Química –en el término municipal de La Pobla de Mafumet– con Reus, a través de la terminal de mercancías peligrosas ubicadas en el polígono industrial Constantí. La vía pasa cerca de los núcleos urbanos de El Morell y La Pobla de Mafumet. En este último núcleo la línea discurre a través de una especie de desfiladero, a unos doce metros por debajo del nivel de la calle y donde actualmente ADIF está realizando obras de mejora de los laterales de la vía –ver recuadro adjunto–.

Los tramos

La vía en servicio es utilizada exclusivamente para el transporte de las mercancías que salen de Repsol Química. También el último tramo –el más cercano a Reus– es utilizado por los trenes para llegar o salir de la terminal de mercancías peligrosas de Constantí.

La vía, a su paso por La Pobla, divide el casco urbano en dos partes: el núcleo principal y el barrio de Serra d’Or –donde viven aproximadamente medio millar de vecinos–. El alcalde, Joan Maria Sardà, lo tiene claro: «No queremos que el tren pase por en medio del pueblo y lo divida en dos partes. Sí a los trenes de pasajeros, no a los de mercancías peligrosas». Para que ello no ocurra aboga para que se cubra la parte superior y se pueda construir un paseo que sirva de unión entre los dos lados. Y si finalmente se opta por esta vía quiere un by-pass para que los trenes no pasen por en medio del núcleo urbano.

De la misma opinión es Pere Guinovart, alcalde de El Morell, «una cosa es que te pasen dos o cuatro trenes diarios como ahora y otra es que sea de forma continua». Y añade que la línea actual «no reúne las condiciones para el tráfico de trenes. En algunos tramos no hay ni traviesas de madera. Lo hemos denunciado varias veces a Renfe y no se nos ha hecho caso».

El alcalde Guinovart es tajante al asegurar que si finalmente se opta por potenciar dicha línea férrea «nos opondremos al paseo de mercancías peligrosas si no se hace un bay-pass». Pero es consciente que antes de decidir algo «tenemos que ver dónde estamos» ante el actual impasse que existe.