Apareció de repente enla carretera como un monstruo de hierro, llevándose de encuentro todo lo que había a su paso.

Así fue el accidente de tránsito provocado por una cisterna la mañana de ayer en la carretera hacia Olancho, que dejó tres muertos, entre ellos un padre y su hijo de tan solo cinco años.

Además, en la múltiple colisión vehicular ocurrida en el kilómetro 11, en la aldea Río Abajo, en el Distrito Central, se reportaron dos heridos, cinco motocicletas y tres vehículos dañados; pero además la terrible estela de pesar.

El protagonista del percance vial fue el conductor de un carro cisterna que viajaba de la capital a Olancho. Como causa principal, la Policía maneja que fue la imprudencia y el exceso de velocidad, lo cual está en investigación.

Las víctimas fueron el mecánico Valentín Cruz Coello Padilla (30) y su hijo Harold Isaí Coello Oliva ( 5), residentes en la aldea La Ciénega, aledaña a Río Abajo. También falleció otro hombre identificado como Santos Alexis Jiménez Vásquez (37).

De las dos personas heridas los socorristas de la Cruz Roja y del Cuerpo de Bomberos no lograron conocer los nombres, porque fueron trasladadas a centros hospitalarios capitalinos en carros particulares.

Se confirmó que el motorista del carro pesado, Fredy Edgardo Santos Gutiérrez, fue capturado y presentado ante la Fiscalía.

El trágico accidente

Eran alrededor de las 7:00 am cuando un automóvil turismo, negro, sin placas, colisionó con una motocicleta. En esta colisión resultaron dos lesionados leves y los automotores quedaron atravesados en la calle.

Como sucede, generalmente, muchos curiosos se acercaron para ver qué sucedía, también motociclistas y conductores de vehículos que circulaban por el lugar detuvieron la marcha.

No habían transcurrido ni 10 minutos cuando procedente de la capital venía un cabezal marca Freightliner, color blanco, con placas AAK-7875, el cual remolcaba una cisterna, conducido por Fredy Edgardo Santos Gutiérrez.

Supuestamente, por el exceso de velocidad, el conductor no pudo detener el vehículo y para no impactar en unos carros que estaban parados, invadió la vía contraria.

Pero aun así el pesado automotor impactó de frente con un pick-up Toyota, rojo, con matrícula PCH-5353, conducido por Franklin Zelaya, que viajaba hacia la capital procedente de Talanga, Francisco Morazán, el cual producto del impacto quedó en dirección hacia Olancho.

Luego, el pick-up colisionó con un turismo Mercedes-Benz, color negro, con matrícula PBZ-2864, que conducía Jorge Escoto, que viajaba en el mismo sentido.

En su recorrido mortal el cabezal arrolló a cinco motocicletas, unas que se encontraban estacionadas y otras que venían en movimiento, según lo relatado por testigos.

El cabezal se detuvo unos metros más adelante, pero no sin antes dejar dos motocicletas aprisionadas entre las llantas traseras, una en cada lado.

En una motocicleta roja con placas MPN-4730 se conducían Coello Padilla y su hijo Harold Isaí. El cuerpo inerte del adulto quedó abajo de la cisterna, mientras queel menor, a un lado del Mercedes-Benz y del Toyota rojo, cerca del cadáver de Jiménez Vásquez, ambos sobre el pavimento.

Los cuatro carros, las motos y los cuerpos sin vida quedaron en el área, lo que ocasionó que el tráfico vehicular se interrumpiera en su totalidad durante unas cinco horas.

El reconocimiento legal de los cadáveres concluyó a las 11:00 de la mañana, hora en que los policías procedieron a habilitar el tráfico vehicular hacia el departamento de Olancho y la capital, donde se formaron filas interminables.

El teniente coronel Jorge Alberto Cortés, del Cuerpo de Bomberos, reveló que la información que recibieron por parte de testigos es que “la rastra venía hacia abajo con dirección a Olancho a toda velocidad y dicen que fue la que tuvo la culpa del fatal accidente”. El oficial exhortó a la Dirección Nacional de Tránsito que establezca un horario, que no sea en el día, para que viaje el transporte de equipo pesado, porque, generalmente, siempre protagonizan los accidentes en las carreteras.