Tuvieron que cubrir dos bidones de plaguicidas que, por una reacción accidental, habían alcanzado una temperatura peligrosa tras ser descargados en el puerto

Los bomberos del Parque de Cádiz tuvieron que esforzarse ayer para controlar el amenazante estado que presentaban dos recipientes con productos químicos descargadas en el puerto de Cádiz. Concretamente, el dispositivo consistió en el control y estabilización de la temperatura de dos bidones de plaguicida en el Muelle Alfonso XIII, en el interior del puerto. Los bidones, de 200 litros procedían de un barco granelero.

Estos barcos utilizan bidones de plaguicida durante la travesía que mantienen la carga estable. Cuando llegan a puerto, siguiendo el protocolo, son recogidos por remolcadores que los trasladan a tierra para ser retirados por operarios de una empresa autorizada.

Una vez llegaron al muelle los 14 bidones de este barco granelero, se ha comprobado que dos de ellos se estaban calentando por estar inundados de agua, lo que provoca una reacción química, eleva su temperatura y crea riesgo de explosión. Los bomberos rociaron los recipientes con polvo y arena. Inmediatamente sellaron la superficie y ahogaron la regeneración de oxígeno, ya que la sustancia no elimina el calor y se retroalimenta.

Una vez comprobado que la temperatura de los bidones había bajado a niveles «aceptables», fueron. En la actuación intervinieron nueve bomberos del Parque de Cádiz con dos autobombas, un vehículo de rescate, uno de material y otro de mando. La actuación se prolongó durante dos horas, para concluir sobre las cinco de la madrugada. Bomberos asegura que en todo momento se mantuvieron los protocolos de seguridad en emergencias.