Una aparatosa colisión entre dos camiones registrada al mediodía de ayer en la carretera nacional N-525 a su paso por el término municipal estradense motivó dos horas de tráfico intermitente a la altura del lugar de Valboa, en la parroquia de Arnois. El siniestro se produjo al filo de las 12.40 horas sobre carretera mojada. Aunque afortunadamente uno de los conductores resultó ileso y el otro, herido leve, el accidente ocasionó un importante vertido de líquido hidráulico sobre la calzada que obligó a realizar laboriosas tareas de limpieza de la superficie rodada que impidieron restablecer la normalidad circulatoria hasta aproximadamente las 14.30 horas.
Según pudo saber esta Redacción, el siniestro se produjo cuando un camión cisterna de productos alimentarios -un Iveco blanco, de matrícula 4716 GRB- propiedad de una empresa compostelana circulaba, vacío, por la carretera N-525 en dirección Ourense-Santiago y a la altura de una curva muy pronunciada sita en el punto kilométrico 318,700 hizo tijera. Como consecuencia, presuntamente habría invadido el carril contrario en el tramo comprendido entre el cruce de Neumáticos Manolo y el de la carretera Liñares-Valboa. Se dio la circunstancia de que en ese preciso momento circulabaen sentido contrario una góndola de transporte de maquinaria pesada propiedad de una firma lucense, un Volvo blanco de matrícula LU 6779 V. Aunque el conductor de este segundo tráiler intentó evitar la colisión arrimándose lo más posible al borde de la carretera -ocupando el arcén- no fue posible evitar el choque.
La parte posterior de la cisterna rozó la cabina de la góndola primero y siguió rozándose después contra su remolque e incluso contra su carga, una máquina extendedora de aglomerado. Fue precisamente esta máquina la que motivó que la cisterna perdiese su parte posterior. Asimismo, a causa de la colisión, la máquina que portaba el tráiler perdió líquido hidráulico ocasionando un vertido de líquido hidráulico y otros fluidos sobre la calzada.
De inmediato se desplazaron hasta el lugar del siniestro efectivos de la Guardia Civil de Tráfico de Lalín, que se encargaron de regular el tráfico rodado en la zona y de instruir el correspondiente atestado. Asimismo, requirieron la presencia en la zona de personal de la UTE Norte -encargada del mantenimiento de las carreteras nacionales N-640 y N-525- para limpiar el vertido de líquidos con detergente dispersante. En este cometido se implicó también personal del Parque Intercomarcal de Bomberos de Deza-Tabeirós-Montes con base en Silleda aportando 4.000 litros de agua.
Fueron precisamente estas tareas las que demoraron la vuelta a la normalidad del tráfico en este transitado tramo de la N-525 ya que los dos camiones siniestrados no sufrieron daños destacados en sus cabezas tractoras y pudieron avanzar lo suficiente para dejar libre la calzada y permitir el paso de otros vehículos.