Setenta y siete días después de la puesta en funcionamiento de la A-27 y los camiones de mercancías peligrosas aún no pueden utilizar esta vía. El problema es que la ‘burocracia’ se está alargando más de la cuenta. Lo que se traduce en que el Servei Català de Trànsit aún no ha dado la luz verde al protocolo de seguridad.

A pesar de que solo están operativos los primeros 7,7 kilómetros de una autovía que en su conjunto supera los 27, las obras en este tramo se priorizaron para facilitar la conexión del Port de Tarragona con el polígono petroquímico norte. Dos meses y medio después de que los primeros vehículos empezaran a circular, la nueva carretera básicamente ha sido apreciada por los miles de trabajadores que estos días participan en la parada técnica de Repsol. El tráfico de camiones, por su parte, es anecdótico.

Fomento asegura que antes de acabarse las obras la unidad de carreteras del ministerio se reunió con Mossos d’Esquadra y Trànsit para abordar los aspectos técnicos de este transporte. Un encuentro que sirvió para pasar la responsabilidad a la Generalitat, que es la administración competente en cuanto al transporte de mercancías peligrosas. Pero aún no hay el visto bueno definitivo.

Desde el Servei Català de Trànsit se aseguró ayer que la nueva autovía ya se ha incluido en la revisión de la Xarxa d’Itineraris de Mercaderies Perilloses (XIMP). A partir de ahí se abrió la fase de vista y audiencia, en la que todas la partes implicadas pueden aportar sus alegaciones. Cuando ésta acabe, solo queda pendiente que el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) y el Boletín Oficial de Estado (BOE) publiquen el edicto antes de que definitivamente se «valide» esta carretera para el transporte de productos peligrosos.

Una medida que muchos conductores ya están esperando para que pueda descongestionarse la N-240 del tráfico de camiones entre el polígono de La Pobla de Mafument y Tarragona.

Fuentes de Trànsit aseguraron que este último paso se producirá de forma «inminente». Y que solo se trata de «cuestión de semanas». Aunque desde el territorio no deja de sorprender que después de 77 meses de obras no se contemplara esta cuestión con anterioridad.

La Generalitat también especificó que «los Mossos ya no sancionan a los camiones que la utilicen». A la vez que insistió en que «desde el primer momento hemos sido partidarios de que forme parte de esta red de itinerarios para el transporte de las mercancías peligrosas».

Tarde y a medias

La puesta en servicio de este primer tramo de la A-27 se ha producido tarde y a medias. Y no solo por lo que se refiere al transporte de mercancías. Hay que recordar que pocos días después de su inauguración tuvo que restringirse parcialmente el tráfico porque no se habían instalado las juntas de dilatación en el viaducto que supera la autopista. Un contratiempo al que hay que añadir que, a día de hoy, aún no se ha instalado la señalización pertinente que indica cómo puede accederse a la nueva vía.

Y mientras su utilización sigue a medio gas, se desconoce cuándo podrá venir de nuevo un ministro para inaugurar el segundo tramo de obras. Los Presupuestos Generales del Estado para 2014 solo recogen una partida de 15 millones para el tramo El Morell- Valls. Un trazado que, como mínimo, seguirá en obras hasta 2017. Por ello, desde el territorio se insiste en la necesidad de la entrada de capital privado.