Dos de los doce vagones de un tren de mercancías descarrilaron, a primeras horas de la noche del pasado martes, en la estación de clasificación de Tarragona. No hubo heridos ni fuga de producto, que está clasificado como altamente inflamable. Se espera que hoy, con la ayuda de grúas, se proceda a la retirada de las dos cisternas siniestradas.

El tren –gestionado por Transfesa– había salido poco antes de la terminal de mercancías peligrosas de Constantí y su destino era Puertollano. Por causas desconocidas, a las 21.25 horas, el cuarto y el quinto vagón descarrilaron a la salida de la estación y al interceptar las vías generales que se utilizan para los trenes de viajeros. Ambos iban cargados con óxido de propileno, un producto propiedad de Repsol. Se trata de un líquido en estado gaseoso que se utiliza para la fabricación de polioles y glicoles –poliuretano–.

Tras el descarrilamiento se movilizó al personal de mantenimiento de trenes, así como a los bomberos. Durante la noche se apartaron los vagones que no habían resultado afectados.