Desde hacía meses, los agentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos habían realizando servicios especiales de vigilancia y control en los términos municipales por la aparición de gran cantidad de áridos de color grisáceo depositados en tierras rústicas, que no parecían corresponderse por color, textura y olor con tierras naturales. Tras la toma de muestras y la realización de varias analíticas del suelo en laboratorios especializados, se pudo comprobar que los valores obtenidos indicaban parámetros de contaminación por encima de los niveles de referencia para la protección de la salud humana y de los ecosistemas que establece la normativa, en particular de hidrocarburos como el benceno.

Los agentes medioambientales realizaron seguimientos a los camiones que transportaban y vertían los residuos en las tierras, identificando la planta de tratamiento de procedencia, también situada en el alfoz de la capital, que no tenía autorización para llevar a cabo este tipo de actuaciones, careciendo los camiones de documentos de control de carga, siendo éste un requisito obligatorio en materia de transporte de residuos.

La Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos procedió abrir el correspondiente expediente sancionador, que ha terminado con la imposición de una multa contra la empresa responsable del depósito de residuos contaminantes en tierras rústicas del alfoz, denunciada por no haberlos llevado a vertederos autorizados.

Materiales con estas características no pueden considerarse como tierras para la mejora agronómica de parcelas agrícolas, que era el destino que les estaba dando la empresa responsable. Se consideran residuos que deben ser tratados en plantas especialmente acreditadas antes de volver a ser reutilizados, de forma que los áridos resultantes estén dentro de los parámetros que indica la legislación, y no contengan sustancias dañinas que puedan pasar a la cadena alimentaria, ya que de lo contrario, deberían ser almacenados en vertederos autorizados para residuos.